¿Qué ocurre cuando nos venimos?

Para explicarte qué ocurre cuando nos venimos,
tendría que hablar primero de nuestras venidas,
que no son más que los orgasmos centellantes,
excelsos, gobernantes de nuestra razón.

Si hacemos un recuento de nuestras horas y fechas,
sería común descubrir que a las once,
empezamos la ardua y dulce faena,
para terminar puntuales a la media noche.

Creo que el motivo de los intensos hormigueos,
que para ti son en tu cabeza,
y para mí en mi sexo, son cuestiones de pura genética:
yo solo pienso con el pene, amada mía,
tú con el cerebro, amo de los sentimientos.

Ya tratando bien en serio el tema pertinente,
en segundo grado viene el deseo de tus labios,
que tras el gemido descontrolado, locamente ofrece,
un beso alucinógeno, un respiro jadeado.

En tercer puesto se encuentran las caricias de pasión,
ese juego tan osado, pero rico y esperado,
por ti, por mí, por nuestros sexos y nuestras mentes,
por todo y cuanto componen los carros de nuestros seres.

Para contestarte sobre lo que ocurre cuando nos venimos,
solamente requiero una sabía expresión:
al hacerlo alcanzamos los astros distantes,
nos unimos y encajamos como piezas faltantes.

Buenas noches a ti

Buenas noches a ti damisela,
finaliza el día de hoy,
digo adiós a tus ojos de pantera,
me despido mientras andas al descanso mayor.

Yo en mi cama absorto ideándote,
esperando un futuro encuentro de amor,
buenas noches mi reina de cabellos danzantes,
que descanses del mundo, del trabajo y el dolor.

Te prometo que mi imagen estará en tu memoria,
desde que cierres tus ojos hasta el nuevo sol,
y mi don que es un beso tibio y amado te dará las buenas noches a ti mi pasión,
pues superfluo sería esconder aquello que arde y se desvela en mi viril corazón:
el sentimiento hacia ti que quema como brazas la secreta estancia de mis ansias,
lujuriosas esperanzas contigo enamorada.

Buenas noches a ti mi doncella,
resguardada en tu hogar templo de adoración,
peregrino soñante me dejas en las horas negras,
reinado de la luna llena, eterno vínculo entre los dos.
Buenas noches a ti mi amor.

Vendiendo las estrellas

Yo soy un humilde carpintero, al que lo han buscado para construir un sueño. Me dijeron: «Quiero que me hagas una torre  que suba a las estr...