LLuvia

Llueve, y así mismo duele,
ese momento en que termina una historia.
Y, aunque quieras que se alargue,
más rápido se acorta hasta que al fin se termina.

Llueve, y así mismo corre,
el diluvio de pensamientos 
que atesora el pasado.
Una memoria que no florecerá.

Llueve, y así mismo fecunda,
la tierra del deseo de un mejor mañana,
pues donde queda el adiós
siempre inicia un comienzo.

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