Mientras duermes pienso una cosa,
un deseo que pronto se consumará.
Verte allí, descansando sobre mi pecho,
me motiva a besarte en silencio.
En silencio se esperan los sueños que no vuelven,
los anhelos que hundidos, no vuelven a flotar.
En silencio se pintan muchas fantasías,
todas ellas ornamentos de tu figura divina.
No podría, ¿cómo podría?,
dejarte allí sin besarte,
sin decirte que por ti arde el deseo de mi alma,
que te espera y te sueña, mi princesa escarlata.
Sí. Escarlata por las veces que has ardido en deseo,
cual brasa que se abrasa al calor de la pasión,
que no busca extinguirse, sino arder todo el tiempo,
hasta que sus cenizas se enciendan con vida.
Es obvio. No es posible mirarte y no desearte,
es locura pretender que dormiré tranquilo,
que a mí vendrá el descanso mientras yaces conmigo,
yo tu amado, tú mi amada; es iluso decirlo.
Te besaré. Acariciaré tu pelo al tiempo que despiertas,
miraré tu mirada y sabrás que te amo,
estarás sobre mí y dibujaremos los cantos,
del aria más hermosa, oh dulce melodía.
Sucederá y sucederá entretanto amanece,
para luego empezar la rutina de siempre.
un deseo que pronto se consumará.
Verte allí, descansando sobre mi pecho,
me motiva a besarte en silencio.
los anhelos que hundidos, no vuelven a flotar.
En silencio se pintan muchas fantasías,
todas ellas ornamentos de tu figura divina.
dejarte allí sin besarte,
sin decirte que por ti arde el deseo de mi alma,
que te espera y te sueña, mi princesa escarlata.
cual brasa que se abrasa al calor de la pasión,
que no busca extinguirse, sino arder todo el tiempo,
hasta que sus cenizas se enciendan con vida.
es locura pretender que dormiré tranquilo,
que a mí vendrá el descanso mientras yaces conmigo,
yo tu amado, tú mi amada; es iluso decirlo.
miraré tu mirada y sabrás que te amo,
estarás sobre mí y dibujaremos los cantos,
del aria más hermosa, oh dulce melodía.
para luego empezar la rutina de siempre.
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