Escucha mis palabras,
aquello que te cuento,
lo que digo y lo que siento,
en esta soledad.
Sabrás que si te hablo,
desespera mi alma,
que late y se alarga,
como una noche oscura.
Tan negra en el silencio,
de tu terrible ausencia,
cuando vas y no regresas,
cuando vuelves en silencio.
Pero dulce el sentimiento,
y gustoso el momento,
en que pones tú mis labios,
sobre ti y sobre tu boca.
Que se abre a la alegría,
tan amada y dolorosa,
porque sabe que aunque vienes,
muy pronto, ya te irás.
Y yo quedaré solo,
escuchando tu recuerdo,
añorando este momento,
cuando busco y no te encuentro.
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