¡Oh libre patria!, ¡Santa tierra de héroes!,
tú que con ropas blancas te vistes el 27 de febrero para recordar épocas de opresión y maltrato,
te gozas en ti misma al vivir hoy sin el yugo de occidente,
sin los controles de ninguno que atente contra tu canto.
Los Tres Grandes extendieron tus alas con el trabucazo,
en aquel segundo tu pueblo se alzó:
fue tanta la sangre y los hombres inmolados,
que el triunfo ideado encontró construcción.
Las mujeres también fueron grandiosas soldadas y en ellas la ayuda nunca faltó:
un vaso de agua, municiones en sus faldas,
fueron gestos de afecto a favor de tu creación.
Los tiranos temblaron y se estremecieron al ver el valor de tu población,
y el fuego abrazante que tú motivaste ardió sobre ellos hasta ver su extinción,
haciendo memorable como el firmamento la unión que acarreaste en una rebelión,
revuelta dichosa, perenne y gloriosa que hoy forma parte de nuestra nación.
Más de un siglo ha acaecido desde aquel entonces y la valentía aún continúa en nuestro interior,
el furor todavía arde en nuestros corazones y el amor y el apego permanecen con pasión,
al recordar el sacrifico, la célebre entrega, de nuestros ancestros que fundaron esta nación,
la libre patria que nos compete desarrollar y proteger,
la santa tierra que por siempre hemos de enaltecer.
tú que con ropas blancas te vistes el 27 de febrero para recordar épocas de opresión y maltrato,
te gozas en ti misma al vivir hoy sin el yugo de occidente,
sin los controles de ninguno que atente contra tu canto.
Los Tres Grandes extendieron tus alas con el trabucazo,
en aquel segundo tu pueblo se alzó:
fue tanta la sangre y los hombres inmolados,
que el triunfo ideado encontró construcción.
Las mujeres también fueron grandiosas soldadas y en ellas la ayuda nunca faltó:
un vaso de agua, municiones en sus faldas,
fueron gestos de afecto a favor de tu creación.
Los tiranos temblaron y se estremecieron al ver el valor de tu población,
y el fuego abrazante que tú motivaste ardió sobre ellos hasta ver su extinción,
haciendo memorable como el firmamento la unión que acarreaste en una rebelión,
revuelta dichosa, perenne y gloriosa que hoy forma parte de nuestra nación.
Más de un siglo ha acaecido desde aquel entonces y la valentía aún continúa en nuestro interior,
el furor todavía arde en nuestros corazones y el amor y el apego permanecen con pasión,
al recordar el sacrifico, la célebre entrega, de nuestros ancestros que fundaron esta nación,
la libre patria que nos compete desarrollar y proteger,
la santa tierra que por siempre hemos de enaltecer.
1 comentarios:
cool, me gustó mucho!
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